El caracol «Achatina fulica», originario del este de África, se introdujo en América, Asia, Oceanía y Europa a causa de la acción del hombre quien facilitó su rápida dispersión.
El Ministerio de Ambiente declaró el jueves al caracol gigante africano, focalizado en las provincias de Misiones y Corrientes, como dañino y perjudicial para la conservación de la biodiversidad, las actividades productivas y la salud humana por ser una especie exótica invasora y hospedadora de ciertos tipos de gusanos, potenciales causantes de enfermedades zoonóticas.
Por ello, diseñará un plan para la prevención, erradicación y control de este molusco para lo cual conformará un grupo de trabajo junto a Parques Nacionales, el Senasa, el Instituto de Medicina Tropical y autoridades provinciales, detalló la cartera.
El caracol «Achatina fulica», originario del este de África, se introdujo en América, Asia, Oceanía y Europa a causa de la acción del hombre quien facilitó su rápida dispersión, fundamentalmente para su cría como alimento.
La dispersión también se debió al traslado involuntario adherido a vehículos y a camiones usados en cosechas, a su uso como carnada, al comercio de plantas en macetas, donde se alojan los huevos, y a su tráfico como mascota.
En Argentina, el caracol gigante africano fue registrado por primera vez en 2010 en Puerto Iguazú, Misiones, y años más tarde fue detectado en la ciudad de Corrientes, siendo éstos los únicos dos focos reconocidos hasta el momento.
Las especies exóticas invasoras son animales, plantas o microorganismos que, al haber sido trasladados más allá de sus límites naturales de distribución, consiguen establecerse y avanzar en los nuevos ambientes donde han sido introducidos.
Esto genera impactos severos sobre la diversidad biológica, la cultura, la economía y la salud pública.
La cartera explicó que el caracol gigante africano se desplaza y coloniza el hábitat de moluscos nativos, que deben ser preservados para mantener la biodiversidad y la sustentabilidad del ecosistema.
Y que además del impacto que puede ocasionar sobre la agricultura y la fauna de caracoles de la zona, también puede transmitir parásitos perjudiciales para la salud humana y la de otros animales.
Dichos parásitos están presentes en la baba del caracol y pueden contaminar frutas y verduras, que en el caso de no ser lavadas correctamente pueden causar enfermedades de origen zoonótico a las personas.
La Resolución 417/2020, publicada ayer en el Boletín Oficial, prohíbe la importación, el tránsito interjurisdiccional, la cría y el comercio en jurisdicción federal de animales vivos, productos o subproductos de este caracol.
La medida también establece adoptar las acciones y protocolos elaborados a partir de un proyecto piloto desarrollado con la especie en la provincia de Misiones.