Exploto en llanto y al grito de “No quiero morir en la cárcel”, el motochorro que mató en Ramos Mejia y tenía 11 causas , 11 delitos.
«No quiero morir en la cárcel” fueron las palabras del motochorro Alejandro Miguel Ochoa (55) lloró ante el fiscal de Homicidios de La Matanza Federico Medone, ante quien se negó a declarar este martes por el crimen de la psicóloga María Rosa Daglio (56), cometido el viernes en Ramos Mejía.
Tenía que estar preso, pero la Justicia le había otorgado la prisión domiciliaria en abril de 2020, en medio de las excarcelaciones masivas en las cárceles bonaerenses por la pandemia del nuevo coronavirus (Covid-19).
En octubre reincidió en el delito. Volvió a caer preso, pero dio una identidad falsa y quedó en libertad. El viernes pasado, su accionar se repitió en la calle Belgrano al 300. Identificó a su víctima, que hablaba por celular en la vereda, enfrente del edificio donde vivía. Subió la moto a la vereda y la arrastró.
La psicóloga se aferró a su cartera y se golpeó contra el piso. Sufrió fractura de costillas y lesiones en el bazo. Una hemorragia interna le terminaría causando la muerte.
El imputado acumula 11 causas por robo en los últimos 30 años. En abril le concedieron el beneficio de la prisión domiciliaria pero se la revocaron en noviembre: cuando fueron a detenerlo ya no estaba. Desde entonces permanecía prófugo y siguió robando.