Por lo general a los gatos les gusta dormir cerca de sus tutores porque les atrae la temperatura cálida y por la comodidad. Pero cuáles son las ventajas y desventajas.
Desde hace tiempo que se reconoce a los felinos como mimosos, cariñosos y dependientes del ser humano, tanto es así que buscan compartir la cama y se convierten en un fiel compañero. Actualmente hay personas que comparten ésta práctica y otras no.
Ésta, como toda conducta, tiene sus pro y sus contra. Las personas que comparten su vida con gatos, como compañía, se dividen entre las que quieren y necesitan dormir con ellos en la misma cama y las que no, lo rechazan como conducta y quitan al animal de este lugar.
Compartir el lecho con nuestro felino trae beneficios emocionales.
“Brinda una mayor sensación de seguridad emocional y física” Esto ocurre a pesar de la notoria diferencia física en contra del animal con respecto a nosotros, pero su señorío y la hipotética capacidad defensiva transporta a nuestro inconsciente esa sensación real pero sin fundamentos.
“Disminuye el estrés y la ansiedad” el vínculo con el gato nos alivia las tensiones y genera una sensación de bienestar.
“Intensifica los lazos de amistad con el animal” haciendo más fuerte la relación por el contacto físico.
Pero también, dormir con nuestro gato nos trae algunas desventajas.
“Al ser animales nocturnos, pueden despertarnos en medio de la noche con sus movimientos o requerimientos” alterando nuestra rutina de sueño.
“El contacto estrecho puede contagiar enfermedades (pulgas, parásitos, etc.) si no tomamos las precauciones debidas”
“Cualquier gato de pelo corto o largo puede y suele soltar mucho pelo con las consecuencias alérgicas que esto puede ocasionar”
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