El triunfo 2-0 ante México por el Grupo C del Mundial Qatar 2022 le dio un empujón al combinado albiceleste, que se desahogó en el vestuario.
Fue Nicolás Otamendi el encargado de abrir las puertas de la intimidad. Luego del triunfo de Argentina 2-0 ante México que le devolvió la ilusión mundialista, el vestuario del estadio Lusail se convirtió en una fiesta. El hit que acompaña a la Selección se convirtió en la banda de sonido de la Albiceleste, algo que se repitió en las tribunas, en las que los fanáticos que viajaron a Doha permanecieron durante 50 minutos desoyendo el consejo de los agentes de seguridad. Y el desahogo se notó en cada estrofa.
“En Argentina nací, tierra de Diego y Lionel / de los pibes de Malvinas que jamás olvidaré / No te lo puedo explicar, porque no vas a entender / las finales que perdimos, cuántos años las lloré / Pero eso se terminó porque en el Maracaná / la final con los brazucas la volvió a ganar papá. / Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar / quiero ganar la tercera, quiero ser campeón mundial/ Y al Diego en el cielo lo podemos ver / con don Diego y con la Tota, alentándolo a Lionel”, reza la canción que musicalizó el vestuario, a capela, apenas acompañada por los golpes en las paredes de los camerinos a modo de bombo.
En la filmación compartida en las redes sociales, que se extiende durante un minuto, Lautaro Martínez y Paulo Dybala saltan sobre los asientos y se ve en primer plano a Martín Tocalli, entrenador de arqueros, chocando manos. Scaloni, con una efusividad poco habitual, da vueltas alrededor del vestuario y agita con sus brazos a sus dirigidos y compañeros de cuerpo técnico.
De fondo se lo ve a Messi cantando, en cuero, como uno más, sin el rol estelar que tiene dentro del campo de juego (y que tuvo en el momento más caliente, con el remate que abrió el marcador). De repente, Dibu Martínez salta al medio del espacio, se sube al habitáculo del centro y canta como si estuviera en el paravalanchas, revoleando una toalla.
La explosión llega en el epílogo del cantito, cuando estalla el “porque en el Maracaná, la final con los brazucas la volvió a ganar papá”, en alusión a la definición que la Albiceleste le ganó a Brasil por 1 a 0 en la última Copa América, que quebró 28 años de sequía para la AFA a nivel mayores.
Después de días incómodos y de incertidumbre tras la caída contra Arabia Saudita, las sonrisas volverán a la Universidad de Qatar, a la espera del duelo del miércoles contra Polonia, líder del Grupo C. Y la canción, ya sin temores, volverá a sonar con fuerza: “quiero ser campeón mundial”.