El sábado reclamaron en Rosario, provincia de Santa Fe, una multitud de comerciantes, gastronómicos, trabajadores independientes y ciudadanos que pidieron “Que se vayan todos”.
Lo inquietante para la clase política es que volvió a escucharse el estribillo que se hizo viral a fines del 2001: «que se vayan todos y no quede ni uno solo», un reclamo que habla de un hartazgo global.
Este tipo de protestas sin conducción política, como también ocurrió en el 2001, se vienen replicando en distintas localidades en los últimos días.
Comenzaron en Gualeguaychú y se extendieron a la capital de la provincia de Tucumán donde algunos manifestantes fueron a escrachar el domicilio de la ministra de Salud, otro recurso que era común a fines del gobierno de Fernando de la Rúa.
En Entre Ríos, en Tucumán y ahora también en Santa Fe se escuchó el reclamo “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”.