El agua es un recurso esencial y necesario para la vida. Hay que entender que debemos proteger las fuentes naturales.
El agua dulce del mundo está bajo una presión sin precedentes debido al rápido aumento de las temperaturas, la población y los patrones de consumo.
Si bien el Día Mundial del Agua se celebra cada 22 de marzo para recordar la relevancia de este líquido esencial, hoy comienza la Semana Mundial del Agua (del 23 de agosto al 1 de septiembre) también con el objetivo de destacar su importancia y alentar a su consumo responsable.
Este año, las Naciones Unidas (ONU, por sus siglas en inglés) ponen el foco de atención en las aguas subterráneas, unas aguas invisibles cuyos efectos se aprecian en todas partes. Se trata de aguas que se encuentran bajo tierra, en los acuíferos (formaciones de rocas, arenas y gravas que contienen cantidades importantes de agua).
Tras alimentar manantiales, ríos, lagos y humedales, las aguas subterráneas finalmente se filtran a los océanos. Su principal fuente de recarga es la lluvia y la nieve que se infiltran en el suelo y pueden extraerse a la superficie por medio de bombas y pozos.
Asimismo, las aguas subterráneas son decisivas para el buen funcionamiento de los ecosistemas, como los humedales y los ríos.
Es por ello que debemos protegerla de la sobreexplotación -extraer más agua de la que se recarga con la lluvia y la nieve- y la contaminación que actualmente las acechan, ya que puede desembocar en el agotamiento de este recurso, en el encarecimiento de su tratamiento y regeneración y hasta la paralización de su uso. Este año, reivindiquemos el estudio, la protección y la utilización de las aguas subterráneas de forma sostenible para sobrevivir al cambio climático y satisfacer las necesidades de una población en constante crecimiento”, sostiene un comunicado de la ONU.
Fuente: infobae