A días de las elecciones y fin de año ,ya se habla de una nueva suba del combustible es el incremento de dos impuestos que, de concretarse, encarecerán el precio de los combustibles.
La nafta volvería a subir antes de fin de año si es que se avanza la suba demorada de dos impuestos que agregarían hasta un 8% al precio del combustible. Los dos impuestos en cuestión son el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y al Dióxido de Carbono (IDC) y sumarían más costos para las empresas. Tal como adelantó el sitio especializado Econojournal, las petroleras le solicitaron al Gobierno que postergue la actualización de los gravámenes porque, a su vez, no creen que YPF aumente sus precios si eso no sucede.
En el mes de mayo, se postergó la actualización del primer y segundo trimestre de 2021 hasta el 1° de diciembre de este año. Al momento de tomar esa decisión mediante el decreto 352/2021, el Gobierno explicó que las variaciones del ICL y el ICD “se trasladan en forma prácticamente directa a los precios finales de los combustibles” porque son “impuestos al consumo”.
Aún no hay ninguna notificación oficial sobre si se aplicará o no la suba de los impuestos.
Se especulaba también con si la Ley de Promoción de Inversiones Hidrocarburíferas se aprueba en el Congreso antes del 1° de diciembre o no. Sucede que esta norma cambia la manera en la que se calcula el ICL, actualmente indexado por inflación de manera trimestral.
Está nueva metodología implicaría directamente un porcentaje fijo sobre el precio del producto. Por eso, se podrían esperar novedades respecto de la aplicación del gravamen si se aprueba este proyecto, uno de los grandes desafíos del Gobierno en el Congreso para después de las elecciones.
Se sabe también que la nafta está congelada desde mayo y no hay ninguna norma que impida que las petroleras aumenten sus precios, pero como YPF no aumenta, las demás estaciones de servicio tampoco lo hacen. Subió, en promedio, un 28%, contra una inflación acumulada que seguramente supere el 40% a esta altura del año.
Se estima que el atraso de los combustibles ya es del 25%. En estos meses, no solo aumentó la inflación, sino también el precio internacional del petróleo. Al ser el combustible un bien exportable, esos vaivenes globales también afectan la rentabilidad de las empresas.