El témpano, conocido como A68a y que abarca 4.200 kilómetros cuadrados, podría impactar contra la isla Georgia del Sur, también denominada San Pedro.
El gigante de hielo de la Antártida es de un tamaño similar al de la isla del Atlántico Sur, y existe una gran posibilidad de que pueda embarrancar frente a la costa, considerada un refugio de vida silvestre.
Si eso sucede, representa una grave amenaza para las focas y los pingüinos locales. Las rutas normales de alimentación de los animales podrían bloquearse, impidiendoles alimentar adecuadamente a sus crías.
«Los ecosistemas pueden recuperarse y lo harán, por supuesto, pero existe el peligro de que si este iceberg se atasca, podría estar allí durante 10 años», dijo a la BBC el profesor Geraint Tarling del British Antarctic Survey (BAS).
Georgia del Sur es una especie de cementerio de los mayores icebergs de la Antártida. A68a se desprendió a mediados de 2017 y ahora está a sólo unos cientos de kilómetros al suroeste de la isla.
Este iceberg pesa cientos de miles de millones de toneladas. Pero su relativa delgadez (una profundidad sumergida de quizás 200 metros o menos) significa que tiene el potencial de desplazarse hasta la costa de Georgia del Sur antes de quedar atrapado en el fondo marino.
«Cuando se habla de pingüinos y focas durante el período que es realmente crucial para ellos, durante la cría de cachorros y polluelos, la distancia real que tienen que viajar para encontrar comida (pescado y krill) realmente importa», explicó Tarling.
Aunque las imágenes de satélite sugieren que A68a está en un camino directo hacia Georgia del Sur, aún podría escapar de la captura.
«Las corrientes deberían tomarlo en lo que parece un extraño bucle alrededor del extremo sur de Georgia del Sur, antes de girarlo a lo largo del borde de la plataforma continental y retroceder hacia el noroeste», dijo el doctor Peter Fretwell, especialista en mapeo y teledetección de BAS.
«Si gira alrededor de Georgia del Sur y se dirige hacia el norte, debería comenzar a romperse. Llegará muy rápidamente a aguas más cálidas, y la acción de las olas, especialmente, comenzarán a eliminarlo», opinó su colega Andrew Fleming.