La esposa del Dibu confesó que creía que no podía estar con el porque era muy alto.
El Dibu Martínez volvió a convertirse en héroe. Del mismo modo que lo hizo en la Copa América que cortó con la sequía albiceleste, el arquero del seleccionado argentino fue el gran protagonista cuando el equipo de Lionel Scaloni eliminó por penales a los Países Bajos y se clasificó a las semifinales del Mundial Qatar 2022. En una faceta similar a la que vivió Sergio “Chiquito” Romero ante el mismo rival en la edición de Brasil 2014, la figura del Aston Villa le tapó los dos primeros remates al capitán neerlandés, Virgil Van Dijk, y a Steven Berghuis, lo que encaminó el boleto criollo a la fase de los 4 mejores del torneo de Medio Oriente.
Más allá de su presente arrollador como pilar fundamental de la Scaloneta, en las últimas horas su esposa Mandinha reveló detalles de otro momento clave en la historia reciente del arquero. Y ese capítulo es uno que también lo marcó en su esfera más íntima. Como si fuera una escena de una telenovela, el Dibu conoció al amor de su vida mientras esperaba subirse a un colectivo cuando todavía jugaba en el Arsenal de Inglaterra.
“Mis padres tenían un restaurante en Londres, que era conocido por los jugadores del Arsenal y él empezó a venir cuando tenía 17 o 18 años. En esa época yo estaba en la universidad y venía a trabajar al negocio para ayudar a mis papás. Entonces, los fines de semana estaba Emi. Fue muchas veces y yo estaba trabajando. Era muy tímido. Y yo también. Conocía a un amigo de él y lo vi varias veces por la calle y como él es sudamericano pensé que me podía saludar”, comenzó en su relato la actual esposa de la figura argentina en una entrevista brindada a Telefé.
Como si se tratara de una broma del destino, la capital británica los unió. “Mi departamento quedaba al lado del de Emi. Yo caminaba para ir a trabajar y pasaba caminando delante de él, y le pregunté a su amigo: ‘¿Por qué cada vez que me ve baja la cabeza?’ Yo pensaba que era agrandado, porque no te cuesta nada decir ‘hola’. Empezó así, porque yo hablé con su amigo y al final Emi me mandó un mensaje para decir: ‘No soy agrandado, tengo vergüenza, pero si querés vamos a tomar un café’. Y bueno, tomamos un café, después salimos a cenar varias veces”, recordó.
En el diálogo que mantuvo con Jesica Cirio continuaron los detalles de aquel encuentro amoroso. “La primera vez que entró en mi casa me acuerdo que era tan alto que yo pensé: ‘No puedo estar con él, es super alto, yo soy chiquitita’. Él siempre fue muy dulce. Es muy lindo. Siempre pensé que era el más lindo del mundo. Pero siempre fue tan dulce conmigo. No es una persona que te regala cosas caras. Te da una flor, me escribía cartas. Tengo sus cartas guardadas”, subrayó.
Finalmente, Mandinha también mencionó cómo fue la llegada de su primer hijo: “Tuve a Santi en un hospital público en Londres, me hicieron esperar 30 horas. Fueron 30 horas de trabajo de parto y después me dejaron esperando, y el corazón de Santi se paró. Después fue cesárea de emergencia. Fue un año muy difícil para mí. No sé si fue porque fue el primero y ahora entiendo más porque yo era una persona que trabajaba, tenía libertad, viajaba mucho y después de tener un bebé te sentís un poco presa. Con Ava, ahora que la tuve, aprendí que no fue por eso. Con Ava tuve un buen parto y estaba feliz”. En este sentido, vale la pena recordar que el Dibu se perdió el nacimiento de su hija por su compromiso en la Copa América que ganó la Argentina en la histórica final ante Brasil en el Maracaná. “Por suerte Emi estaba en todo momento, porque en el hospital me dejaron tenerlo a él en videollamada y sentí que él estaba, por eso fue muy lindo. El lloraba y no paraba de comer”, concluyó.