Al igual que los seres humanos, los perros suelen expresar distintos gestos con su cara, de acuerdo a su estado de ánimo.
Muchas veces la cara se esconde debajo de una masa de pelos, como es el caso del Yorkshire Terrier, del Bobtail, etc., algunas veces la deformación de la propia cara no permite reconocer claramente las expresiones, tal es el caso del Bulldog inglés o del Pequinés.
Entre las variedades de gestos que podemos distinguir, se encuentran arrugar la nariz, fruncir los ojos, manteniéndolos titilantes y entrecerrados, levantar los belfos, aun constituyendo casi una sonrisa o una risa, y sobre todo agregando la utilización complementaria de las orejas, mediante su plegado o su tendido.
Cabe destacar que el acto de enseñar los dientes es, en el perro, una actitud de pocos amigos, pues nos está mostrando el arma lista para disparar, salvo en el flemido que es una expresión facial que se confunde con una sonrisa y expresa placer extremo imitando una habitual manera de hacerlo del caballo.
La expresión de la cara en los perros se complementa con el resto del cuerpo y el que pretenda realizar un análisis desglosado y unilateral caerá en un grave error de concepto con resultados falsos. Para los seres humanos que ladramos y hablamos al mismo tiempo, no puede haber menú más completo y exquisito de afecto y de inocente ternura manifiesta al mismo tiempo.
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