El hecho ocurrió en Santiago del Estero donde fue descubierto por una inquilina en tal aberrante acción y lo denunció. Le imputaron abuso sexual con acceso carnal y corrupción de menores.
Una persona con discapacidad que se moviliza con muletas es investigado por organizar orgías con niños, de entre 9 y 12 años, a los que sometía a aberrantes ultrajes sexuales y violaciones a cambio de golosinas.
Los hechos fueron descubiertos por una inquilina del incalificable sujeto, la que puso en conocimiento de efectivos policiales que, por orden del Dr. Santiago Bridoux, de turno en la Unidad Fiscal para la Circunscripción Copo, lo pusieron tras las rejas ya que fue imputado por los delitos de abuso sexual con acceso carnal y corrupción de menores, en concurso real de delitos.
Las fuentes consultadas sobre el caso develaron que al momento en que el fiscal le recibió la declaración del imputado, el sujeto se abstuvo de declarar siguiendo una recomendación de la defensa que lo asiste.
Además de poseer un kiosco en su propiedad, el inculpado le alquilaba una habitación a una mujer, quien días pasados llegó al inmueble y no pudo ingresar ya que todas las puertas y ventanas estaban trabadas desde adentro.
En razón de algunos comentarios que había escuchado anteriormente, la inquilina sospechó que el dueño de casa estaba haciendo algo malo. Entró por una ventana, que ella sabía que la llave estaba deteriorada, y al dirigirse hacia la pieza del sujeto se encontró con una escena que la dejó estupefacta el inculpado estaba con dos menores todos desnudos los cuales le estaban realizando sexo oral y otras prácticas sexuales.
La acusación impuesta al kiosquero copeño podría agravarse, si la investigación determina que de las orgías también participaban otras personas.
Esta cuestión tiene su asidero en el hecho que el inculpado solía compartir bebidas alcohólicas y al parecer también sustancias tóxicas con varios jóvenes de la zona, y en más de una oportunidad fue encontrado casi inconsciente a causa de la bebida y sustancia que consumía, en esas reuniones que se realizaban en su inmueble.
De confirmar tal sospecha con las evidencias necesarias, “el fiscal impondría la calificativa de abuso sexual con acceso carnal y corrupción de menores, ambas figuras agravadas por la participación de dos o más personas”, según se explicó.