Un nuevo estudio publicado en la revista PLoS ONE marca que “la duración máxima de la vida humana no es fija”.
Según un reciente estudio publicado el 29 de marzo en la revista científica PLoS ONE, llevado a cabo por los expertos David McCarthy y Po-Lin Wang de las universidades de Georgia y del Sur de Florida, respectivamente, se ha descubierto que la duración máxima de la vida humana no es inmutable.
Hasta ahora, el récord de longevidad lo ostenta Jeanne Calment, una francesa que falleció en 1997 a los 122 años y 164 días de edad. En la actualidad, la persona más longeva en el mundo es la española María Branyas, quien tiene 116 años. Sin embargo, el estudio sugiere que la esperanza de vida humana podría superar el récord actual y alcanzar los 150 años.
“Descubrimos que se ajusta extremadamente bien a los datos de mortalidad de cohorte. Utilizando esta ley, identificamos la edad más joven a la que los individuos de cada cohorte alcanzan una meseta de mortalidad supuesta, a la que llamamos Edad Máxima Gompertziana (GMA). Encontramos que, durante gran parte del período cubierto por nuestros datos, no hubo aumento en la GMA. Por lo tanto, las mejoras históricas en la esperanza de vida fueron en gran medida el resultado de la compresión de la mortalidad”, manifestó el especialista.