Los vecinos del municipio de Cerrito repudiaron y denunciaron la presencia del influencer Julián Serrano, oriundo de Paraná.
El joven, que pasó la mayor parte del aislamiento social en su ciudad de origen, fue escrachado este fin de semana por violar las normas sanitarias provinciales; teniendo en cuenta que la ciudad no permite «visitantes» por la pandemia de Covid-19.
El youtuber se mostró en redes sociales comiendo un sandwich de lomito con amigas en un local, sin cumplir con ninguna de las medidas sanitarias como la distancia social o el uso de barbijo.
«Es el colmo. Nosotros hace seis meses que estamos encerrados y toda una vida viviendo en el pueblo. Viene gente de afuera, pone un negocio y tiene todos los privilegios; pero vos te tenés que encerrar. A mi negocio sólo lo atiendo por la ventana y mirá vos lo que te enterás después. Que traen el virus de afuera. Parece que el virus ahí no está. Capaz que está sólo por algunas calles», denunció con ironía una vecina de Cerrito.
«Es así gente, uno se cuida y cuida a su familia, pero llegan estos ‘personajes’ que mienten en el control policial de la avenida Racedo de Cerrito diciendo que venían a trabajar al resto bar y resulta que son hermanas del dueño del bar y que son oriundas de Paraná; y el tal Julián Serrano, que según me dicen es famoso, pero la verdad es que no lo conozco; también es de Paraná. No los veo trabajando, los veo comiendo y de lo lindo. Si van a mentir, por lo menos sáquense una foto con una bandeja en la mano.» Expreso otro vecino
«Gracias a Dios los denunciaron como corresponde y fueron retirados del pueblo, pero ya habían estado en contacto con muchas personas. ¡Así estamos, país! Gracias por su irresponsabilidad con la sociedad», sumó otro vecino, en diálogo con el portal Uno.
De acuerdo al dueño del local, la presencia de Serrano no fue «publicitada», porque buscaban evitar la aglomeración de personas, teniendo en cuenta que el joven tiene millones de seguidores en sus redes sociales. «No lo informamos a la comunidad ya que no queríamos aglomeración de personas. Sólo tuvieron contacto con una moza del lugar y respetaron los protocolos correspondientes».