Alerta en Bolivia por el temporal, el calor y fuertes vientos provocan incendios forestales.

En el departamento de Beni, en la Amazonía, se han quemado cerca de dos millones de hectáreas. Expertos advirtieron sobre un ascenso de las temperaturas hasta el domingo.

Los incendios no ceden en la región agrícola de Santa Cruz y la ganadera de Beni, las más afectadas de Bolivia, mientras el servicio de meteorología emitió un alerta por una ola de calor y fuertes vientos hasta el fin de semana.

“En Beni mientras vamos apagando los incendios aparecen otros”, informó el jueves el viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes.

Recientemente la gobernación de ese departamento en la Amazonía declaró el desastre por la sequía y los incendios “incontrolables” para poder canalizar ayuda económica. El gobernador, Alejandro Unzueta, señaló que en Beni se han quemado cerca de dos millones de hectáreas, en su mayoría de pastizales.

Calvimontes señaló que en la localidad de Rurrenabaque en Beni —al norte de Bolivia—, se ha reforzado la lucha contra los incendios y que al momento el fuego no es peligroso y se está llevando ayuda. Pero indígenas y autoridades locales han señalado que los insumos no llegan a todas las comunidades afectadas. Además, el fuego aún no ha sido controlado y está cerca de al menos tres comunidades.

Santa Cruz, el motor agrícola de la nación andina, mantiene el alerta roja por el incremento de los incendios y se realizarán patrullajes para prevenir que se produzcan nuevos.

El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología emitió un alerta por un ascenso de las temperaturas hasta el domingo. “El ascenso de temperaturas máximas estará por encima de su promedio, con probabilidad de alcanzar temperaturas de 38ºC y 44ºC”, informó la institución en un comunicado.

Los incendios forestales son habituales hasta mediados de octubre pero por la época seca han continuado en noviembre. Según la ONG Greenpeace, este jueves se registraron más de 500 focos de calor en el país. En lo que va del año se quemaron alrededor de 2,9 millones de hectáreas, de acuerdo con información de la Autoridad de Bosques y Tierras, pero organismos y activistas ambientales señalan que el área quemada es mayor.