Cumplio su SUEÑO,logró ser una de las mejores CAMIONERAS profesionales del PAÍS

Cumplio su SUEÑO , logró ser una de las mejores CAMIONERAS profesionales del PAÍS

Agustina Maure fue seleccionada entre más de 1.000 mujeres del país para ser chofer de camión profesional, en un programa de Scania.

Desde que tenía 5 añitos, a Agustina Maure le fascina jugar con autitos. En el jardín le pedían dibujar “qué quería ser cuando sea grande” y ella no dudaba: sus dibujos sólo eran camiones. Pasaron 35 años hasta que cumplió su sueño: ser chofer profesional de camiones con acoplados.

La pasión por los camiones la tuvo toda la vida, desde que tiene memoria. Pero no fue hasta el 2020, en plena pandemia por coronavirus, que se decidió a cumplir su meta: “no manejar otra cosa que no fuera un camión”.

El año pasado sacó el turno para obtener la licencia de conducir categoría E, que habilita la conducción de camiones con uno o más remolques y/o articulaciones, pero lo tuvo que posponer unos días porque se vendría algo mejor.

En el medio se anotó en el programa “Conductoras” de la empresa Scania, que tiene el objetivo de reducir la brecha de género que existe en la industria del transporte. Quedó seleccionada entre más de 1.000 mujeres que se inscribieron y fue una de las 12 becadas del país para obtener la capacitación profesional en Buenos Aires, que culminó el pasado 8 de marzo. El 29 de marzo obtuvo su licencia en la Estación Terminal de Ómnibus de Neuquén (ETON).

Agustina es profesora de nivel inicial. También ejerció como manicura, en comercios y hasta en una carnicería, donde ayudaba a su papá. Su último trabajo, hasta el año pasado, fue como conductora de una combi donde trasladaba a trabajadores petroleros. Quedó desempleada en medio de la crisis de Vaca Muerta.

Pero nunca ninguno de esos trabajos la dejó conforme, tampoco la carrera que había estudiado. “Yo veía por la ruta los camiones grandes y decía ‘yo no tengo que estar acá, yo tengo que estar en el que va enfrente’”, cuenta.

“Para un montón de gente la pandemia fue una porquería, para mí fue uno de los mejores años de mi vida porque me planté y dije ‘no voy a ser otra cosa que no sea subirme a un camión’. Surgió esto de Scania y terminé siendo chofer profesional, que es mil veces mejor que ser camionera”.

No sabe de dónde nació su profundo amor por los camiones. Nadie de su entorno se dedica a eso, pero sí registra la misma pasión por parte de otra mujer de su familia: “Todavía es algo que no logro descubrir, aunque a mi abuela materna le gustan mucho los camiones, pero nunca manejó alguno, nunca tuvo la posibilidad”.

“Con la fuerza que tiene una mujer levantando una criatura todos los días que pesa 10 o 12 kilos, te puedo asegurar que esa mujer maniobra un camión de 1980 tan fácil como un varón”, grafica Agustina y destierra cualquier mito que supone que para manejar estos descomunales vehículos se necesita de una fuerza superior.

Para explicarlo, afirma que actualmente la mayoría de los camiones “tienen una dirección hidráulica que, si querés, los movés con un dedo”. También cuenta que la lona de un camión semirremolque de 18 metros pesa casi 70 kilos, por lo que para colocarla sí o sí se necesita de una maquinaria especial. “Ningún varón la puede subir por sus propios medios. Lo único que necesitás es más maña que fuerza”, asegura.

La mujer reconoce que, en general, su atracción por estos vehículos sorprende positivamente, en un mundo marcadamente masculino.

“Siempre me tocó que me digan ‘qué genial, qué hermoso, qué bueno ver una mujer en el camión. Yo siempre aclaro lo mismo: el camión no es una cuestión de mujer o de varón. Somos personas, mas allá de nuestro género. Puedo hacer lo que me proponga y lo que quiera”, reflexiona.

En nuestro país, la brecha en el ambiente es amplísima: sólo el 0,41% de las licencias profesionales emitidas en Argentina para transporte de carga pertenecen a mujeres. En Neuquén, la emisión de licencias de categoría E para hombres triplican las de mujeres.

El programa “Conductoras” de Scania se realizó este año por segunda vez, tras ser lanzado en 2019. Consta de una capacitación profesional que otorga la habilitación para poder manejar camiones, semirremolques, acoplados y articulados, en Argentina y en otros países del mundo.

Y aunque la brecha en el mundo laboral está marcada, el interés de las mujeres en la temática demuestra ser amplia: en la primera edición del programa se anotaron 800 mujeres y, en la segunda, casi 1.100. Luego de pasar por un examen, sólo 12 en cada edición fueron seleccionadas y becadas para participar del programa. La parte más difícil llega después: conseguir efectivamente un trabajo. Agustina ya «tiró currículums» y no piensa dedicarse a otra cosa.

Este año, la capacitación se realizó del 8 de febrero al 8 de marzo y constó de 220 horas entre teoría y práctica, que se desarrolló en el predio de la Fundación para el Transporte en Buenos Aires.

“Fue fantástico encontrarse con un grupo de gente donde una pueda expresar su pasión así, abiertamente, y sin estar pensando en el comentario del otro. Pero sobre todo compartir la pasión: ver un camión y decir ‘¡qué hermoso que sos!’. El camión es algo fantástico”, dice Agustina con una felicidad que la desborda.

En los últimos tres meses, la Municipalidad de Neuquén otorgó cinco licencias de categoría E a mujeres, aunque fueron doce las que rindieron el examen. En el caso de los hombres las cifras se triplican, según confirmó el director de Transporte, Mauro Espinosa, a LM Neuquén.

“Yo mismo me sorprendí de la cantidad de chicas que rinden el examen de licencia de categoría E”, reconoció el funcionario municipal.

El examen para rendir esta categoría tiene una dificultad superior. La prueba teórica se aprueba con el 90% de las respuestas correctas, por lo que sólo se permiten errores en cinco preguntas, sobre un total de 50.

Al igual que la preparación de los potenciales conductores, no cualquiera se ocupa de evaluar los exámenes. En Neuquén, Daniel Arambuena es el evaluador en equipos pesados, y admite que “los jóvenes buscan este tipo de vehículos porque tiene una buena salida laboral en la zona”.

«Hay una responsabilidad que conlleva tomar un examen de estas características porque estamos hablando de equipos de mucho peso y hay que tener idoneidad para poder manejarlo. (Agustina) demostró mucha pericia y se fue muy contenta con el examen que había aprobado», sostuvo Espinosa.

El examen práctico se toma en la misma Estación Terminal de Ómnibus (ETON), en la zona de estacionamiento de los colectivos. “Te hacen maniobrar, hacer zigzag con conos, estacionar marcha atrás. Pero en esa vuelta se van 50 minutos, se hace largo”, contó Agustina.

Fuente: LM Neuquén