En Inglaterra echaron al primer ministro por hacer fiestas durante la pandemia

Dos años y medio después de su aplastante victoria electoral, Boris Johnson sufrió una hemorragia de apoyos en sus propias filas conservadoras que marcaron su fin como premier del Reino Unido. El primer ministro británico, que anunciará su renuncia este jueves, vio acumularse los escándalos y el descontento social.

“Partygate”

Mientras los británicos estaban obligados a quedarse en casa, sin ver a familiares ni amigos debido al covid-19, en Downing Street, donde vive y trabaja Johnson, se sucedían todo tipo de eventos, desde fiestas de Navidad,despedida o cumpleaños hasta celebraciones en el jardín para disfrutar del buen tiempo, en un escándalo bautizado como “partygate”.

La policía británica investigó e impuso 126 multas, entre ellas una al primer ministro, primer jefe de gobierno en ejercicio sancionado por infringir le ley.

La alta funcionaria Sue Gray también elaboró un informe muy crítico con los “altos cargos” responsables de reuniones con excesos de alcohol, altercados, salidas por puertas traseras a altas horas de la madrugada y, en ocasiones, falta de respeto al personal de seguridad y limpieza.

Johnson afirmó asumir “toda la responsabilidad” pero se negó a dimitir y su legitimidad se resintió.

Conflicto de intereses

Las lucrativas actividades de cabildeo de algunos diputados conservadores provocaron indignación.
El diputado Owen Paterson fue acusado de ejercer presión sobre el gobierno en nombre de dos empresas que le pagaban. Johnson intentó cambiar las reglas para evitar que fuera suspendido del Parlamento, ganándose una avalancha de críticas que le obligaron a dar marcha atrás.
Este, entre otros casos de amiguismo y adjudicaciones a dedo, alimentó las acusaciones de corrupción por parte de la oposición.

Lujosas obras de su apartamento

El primer ministro aseguró haber pagado de su bolsillo la lujosa renovación del apartamento oficial que ocupa con su familia en Downing Street.
Fuente: Infobae.