Las infecciones pueden aumentar el riesgo de contraer Alzheimer.

 

Desde la ciencia alertan sobre cómo podrían influir los patógenos, incluso cuando fueron tratados en los cinco años anteriores a la detección de ese tipo de demencia.

Cada 3 segundos, alguien en el mundo desarrolla demencia. Es la séptima causa principal de muerte entre todas las enfermedades y una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las personas mayores a nivel mundial.

El Alzheimer no es una parte normal del envejecimiento. Se trata de una degeneración irreversible del cerebro que causa alteraciones en la memoria, la cognición, la personalidad y otras funciones que eventualmente conducen a la muerte por falla cerebral completa. Actualmente, más de 55 millones de personas viven con demencia en todo el mundo y hay casi 10 millones de casos nuevos cada año.

Especialistas del Instituto Karolinska de Suecia publicaron una investigación en la revista especializada PLOS, que indicó que las personas que son tratadas en el hospital por infecciones pueden tener un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer de modo precoz años más tarde.

Estos hallazgos sugieren que los eventos infecciosos pueden ser un desencadenante o un amplificador de un proceso de enfermedad preexistente, lo que lleva al inicio clínico a una edad relativamente temprana (Getty)

Los estudios experimentales en animales han sugerido que la infección juega un papel en el desarrollo de algunas enfermedades neurodegenerativas, pero la evidencia de respaldo en humanos es limitada. Jiangwei Sun, primer autor de la investigación y especialista del Instituto Karolinska, analizó junto a sus colegas los registros de salud de alrededor de 290.000 personas en Suecia con la enfermedad de Alzheimer y 1,4 millones de personas emparejadas por edad y sexo que no habían sido diagnosticadas con la enfermedad.

Entre los diagnosticados con Alzheimer antes de los 60 años, el 17,4 por ciento había sido tratado en el hospital por una infección al menos cinco años antes, en comparación con el 9,8 por ciento de las personas emparejadas por edad sin diagnóstico de Alzheimer.

Las infecciones bacterianas y las de los órganos urinarios y genitales se vincularon más fuertemente con un mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer, pero también se observó con infecciones virales y las del sistema nervioso central y gastrointestinal.