Un español se las ingenió para comer gratis en los restaurantes.

El español Miguel Marcol aprovechó un vacío legal para estafar y negarse a pagar la cuenta.

Un hombre ya lleva más de seis años comiendo gratis en los restaurantes sin tener que pagar la cuenta de lo que consume. Se trata del español Antonio Miguel Grimal Marcol, de 47 años, que no logró ese beneficio por ser un famoso o un influencer que accede a canjes, sino que encontró un vacío legal para hacer una estafa que le permite negarse a pagar cada vez que le llega la cuenta.

Grimal Marcol vive en la ciudad de Zaragoza (oeste de España), donde todos lo conocen como “El rey del simpa”. El hombre se hizo famoso por irse de los restaurantes sin pagar y sin necesidad de salir corriendo, como suelen hacer quienes no están dispuestos a abonar lo consumido.

Recientemente, este estafador contó cuál es su secreto para comer gratis durante tanto tiempo. Es que cuando le traen la cuenta, en lugar de irse raudamente, le dice al mozo que no está dispuesto a pagar.

En ese caso, el mesero le advierte que va a llamar a la Policía, cosa que Grimal Marcol no se lo impide y, al contrario, lo alienta a que lo haga, para sorpresa del empleado.

Así llegan los agentes policiales a detenerlo, y a llevarlo a la comisaría. De esta forma, el hombre acumula más de 60 detenciones en los últimos seis años. Incluso una vez se pidió otra cerveza mientras esperaba a que llegara el patrullero.

La Policía de Zaragoza lo conoce muy bien, ya que como se trata de cuentas de no más de 150 euros (45 mil pesos), son considerados delitos leves y, de acuerdo con la Justicia española, a esta clase de contravenciones no se les puede aplicar como agravante la reincidencia.

Por eso, después de detenido, la mayor parte de las veces es dejado en libertad para que vuelva a hacer lo mismo. A lo sumo, le cobraban una multa poco elevada y le dictaban una orden de alejamiento del restaurante damnificado.

Pero hace poco tiempo atrás, un juez se cansó de sus andanzas gastronómicas, por lo que decidió mandarlo a la cárcel durante 15 días. Desde entonces no se tuvo más noticias de Grimal Marcol, aunque todos saben que, en cualquier momento, vuelve a aparecer.