Argentino sufrió un ACV en Bolivia y vivió un calvario

«Me pedían 2 mil dólares para internarlo», expreso el argentino que vivió un calvario en Bolivia tras sufrir un ACV.

Orlando Ibáñez es el nombre del  hombre que viajó junto a su esposa a la fiesta de la Virgen de Urkupiña. «Yo pase días sin comer porque no tenía plata», relató su compañera de vida.

Orlando Ibáñez junto a su esposa, Nilda Beatriz Ruiz, viajaron a Bolivia con motivos de celebrar el Día de la Virgen de Urkupiña. Para su desgracia, el mismo día de la fiesta religiosa el hombre sufrió un ACV mientras se bañaba y en ese preciso momento empezó el calvario que no se le desea a nadie. No querían atenderlo por el solo hecho de ser argentino.

En una entrevista para Emiliano Te Escucha, su compañera de vida relató toda la discriminación que vivió mientras peleaba para que le salven la vida al amor de su vida.

«Cuando llamamos una ambulancia llegó un camión de bomberos. Fuimos a un centro de salud y no habían médicos sino un residente. Nos dijeron que teníamos que llevarlo a un hospital, pero algunos no querían recibirnos. Nos pedían 2.000 dólares solamente para internarlo», relató la mujer.

En medio de todo este angustiante momento, Beatriz escuchó las peores palabras que un jefe de guardia puede decir: «No vamos a sacar uno de nosotros para meter un argentino».

En medio de tanto peregrinar logró conseguir un nosocomio pero los gastos médicos eran carísimos.

«Me cobraban cada algodón, hasta el cepillo para lavarse los dientes. Tuve que sacar un préstamo del banco Macro para pagar las deudas. Mi hija tuvo que cruzar la frontera en chalana para llegar a Tarija y posteriormente tomarse un avión para llevarme toda la plata. Le juró que no se lo recomiendo a nadie. Pasé cinco días llorando y sin comida porque el dinero no alcanzaba», agregó.

Finalmente Beatriz remarcó que un boliviano, que estudio medicina en la provincia de Córdoba, fue el único que la socorrió en ese difícil momento y que incluso se ofreció a trasladar a su marido hasta la frontera con Salta. «Me dijo que me iba a ayudar por todo el agradecimiento que tiene con Argentina. Aquí pudo estudiar medicina y eso le marcó la vida», añadió.

Cuando le consultamos si volvería a Bolivia para la misma festividad su respuesta fue más que rotunda.

«No volvería nunca más a Bolivia. Tampoco saldría del país. Esta horrible experiencia me hizo hasta cambiar de religión. Yo ahora soy evangelista», finalizó.