Australia recupera el Demonio de Tasmania

El demonio de Tasmania vuelve a Australia después de haberse extinguido hace 3.000 años. La organización Aussie Ark relató a AFP que había sido un día «histórico» en el momento en el que se liberaron 26 ejemplares en un área de 400 hectáreas en la zona de Barrington Tops, a 253 kilómetros de Sídney.

Tim Faulkner, presidente de Aussie Ark, explicó que la suelta de los primeros ejemplares se produjo en julio y septiembre, y recordó lo similar que fue al retorno de los lobos en el Parque Yellowstone en EE.UU. en la década de los noventa.

16 años es lo que han tardado en realizar un programa para organizar a esta especie oceánica y Faulkner todavía no se cree que hayan podido lograr esa meta y lo califica de «increíble y surrealista». «El mayor depredador que tenemos es el gato nativo, y pesan poco más de un kilo; traer una especie enorme como el demonio es algo grande», comenta.

Los demonios de Tasmania pueden pesar hasta ocho kilos. Tienen un pelaje marrón y negro y por lo general se alimentan de otros animales nativos o cadáveres que encuentren a su paso. A pesar de que puedan parecer peligrosos, las autoridades ambientales locales aseguran que no es una especie peligrosa para el ser humano o el resto de fauna, pero si se tienen que defender «lo harán», de forma que pueden causar lesiones graves.

Desde Australia se piensa que estos animales se extinguieron hace aproximadamente 3.000 años, debido a dos razones. La primera es una enfermedad contagiosa que da lugar a un tipo de cáncer facial; la segunda es el ataque que estos marsupiales pudieron sufrir por parte de los dingos, una especie de perro salvaje. De hecho, se especula que la misteriosa enfermedad hizo que su número de ejemplares bajará de los 150.000 a los 25.000 en la década de los noventa.

Es por ello por lo que Faulker espera que el proyecto sea «seguro», para los nuevos animales introducidos, con el fin de que se pueda restaurar el entorno nativo de estos. Por si fuera poco, el presidente de Aussie Ark explica la importancia que tiene para regular la fauna en la zona: «Los demonios tienen una solución única para regular el exceso de zorros y gatos, que son los responsables de la extinción de más de 40 especies mamíferas».

Para proteger a los demonios de Tasmania de las malas hierbas, los coches y las plagas salvajes se eligieron a ejemplares idóneos para la reproducción y la supervivencia del grupo: «Hemos metido demonios jóvenes y sanos, que tienen unos seis meses para elegir el espacio adecuado para ellos para poder reproducirse. Esto suele ocurrir en febrero», apunta Faulkner.

Aussie Park prevé liberar en los próximos dos años 40 animales más en el territorio adquirido por la organización, por su lugar idóneo para sobrevivir, la gran cantidad de herbívoros de la zona y su cercanía con el Parque Nacional Cumbres Barrington: «Fue seleccionada esta zona porque es como si fuera una parte de Tasmania», dice Faulkner.

En los próximos meses la organización quiere hacer una vigilancia estrecha mientras migran los animales, ya que de esta forma piensan que su regreso a la vida salvaje, donde no tienen agua ni alimentos cercanos, aseguraría el éxito a corto plazo del programa. El demonio de Tasmania es una de las siete especies fundamentales para el ecosistema de Australia para Aussie Park, que junto a los gatos nativos, «bandicoots» y petrogales planea reintroducir en el hábito salvaje en los próximos años.